30 de septiembre de 2013

De sociedades "mejorables"...



En Santiago llueve sin parar. Las piedras parecen incluso más tristes con la lluvia, con la oscuridad que trae de nuevo un septiembre cargado de emociones.

Continúa muy presente el caso de Asunta y se siguen escuchando miles y miles de explicaciones basadas en noticias que se contradicen, rumores de vecinos, críticas de quién de lejos escucha campanas...todos estos murmullos vagando por las conversaciones de cualquier rincón de una ciudad que, lógicamente, se siente de nuevo herida con este suceso tan triste, tan dramático ocurra lo que ocurra, ocurriese lo que ocurriese.

Después llegan también los insultos, los espectáculos callejeros que no distan apenas nada de las persecuciones de los cristianos durante el Imperio Romano, las confirmaciones rotundas de quienes no forman parte de este caso ni de lejos, el circo que se alimenta de las desgracias ajenas de una forma insaciable. 

Vemos como los medios están obstaculizando claramente la Justicia y eso es lo que más duele. El dinero, de nuevo, puede con todo e, incomprensiblemente, cualquier periódico o cualquier programa de televisión o radio pueden publicar o emitir lo que deseen sobre un suceso aunque sea mentira, tenga un contenido impreciso o no estén contrastadas las informaciones. No pasa nada. Hay que sacar chicha más rápido que el vecino. No les ocurre absolutamente nada. Todo lo contrario. Si son multados, se reirán, por los beneficios conseguidos, de este pequeño cachete impuesto por un sistema que se deja pudrir gustosamente y asquerosamente en manos del poderoso caballero.

Soy la primera a la que no se le olvida la imagen de esta niña pero hay que dejar a los profesionales trabajar con calma, con serenidad. Nosotros no necesitamos esta información realmente; al menos, hasta que haya un análisis serio realizado de todos los datos e informaciones reales del caso.

El hombre un lobo para el hombre, un componente claro de una masa fácilmente dirigible y, por ende, muy peligrosa. Nunca había pensado tanto en esta fragilidad que nos rodea, y que nosotros mismos hemos creado, con todo este mundo virtual que crece a pasos agigantados y que se mueve como caballo desbocado. Cualquiera puede ser víctima o verdugo en cuestión de segundos y, a veces, sin comerlo ni beberlo.

A Asunta no le gustaría esto. A los que la quieren y querían tampoco.

6 comentarios:

Douce dijo...

Hola Campu

Voy a tratar de ser escueto. He tenido un día completo, son casi las doce y la cama me llama pero no quiero irme sin subrayar lo que has escrito:

1.- Siento que hasta la ciudad llore

2,- Imagino los miles y millones que tienen las ‘verdades’ y las cuentan de unos y otros bandos.

3,- Abomino de los que crucifican sin saber nada y aún poseedora de sus ‘certitudes’ escupan y chillen…

4.- Desprecio a muchos de los que escriben y aprovechan estos hechos para llenar las hojas de sus papeles para contar lo que ‘saben’ o se lo han contado y venden la mercancía. Después, nadie pensará en lo entonces dijeron.

5.- La niña… Sólo puedo pensar que era alguien por encima de su edad y de mayores por distintas razones.

6.- Y la realidad última es que se ha segado una vida que estaba floreciendo de una manera muy dura.

Perdona, el haberme precipitado, pero no quería ir a la cama sin felicitarte y subrayar por tus palabras

Ripley dijo...

curiosamente en mi blog de relatos hablo de estos comportamientos. suscribo todo el texto.

un beso

Sergio DS dijo...

Totalmente de acuerdo, no me quito a esa pequeña de la cabeza pero intento no contaminarme con lo que dicen, escriben, cuentas los medios. Demasiado morbo, demasiado sensacionalismo, esta pobre criatura no lo merece.

Campurriana dijo...

Nau, yo sólo pienso si sufrió antes de este triste suceso. Si tuvo una vida feliz...
No sé. Es muy duro todo.
Gracias por compartir en el saloncito.

Ripley, paso a verlo.

Sergio, yo tampoco puedo quitármela de la cabeza. Es tan injusto.

Juan Carlos dijo...

Muere una niña y todos salen a por la carroña en vez de dejar trabajar como se debe a la justicia pero ¿cómo se puede matar a un niño? ¡Qué tristeza!
Salu2

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Es deplorabale el espectáculo que están ofreciendo los medios de comunicación. No es la primera vez. Dejemos actuar a los jueces y no caigamos en el morbo.
Besos.