16 de enero de 2014

Me borro de Facebook y Twitter

Morteza Katouzian




En la librería Roquer del Paseo de Gracia compré mi primer ejemplar de 'Las personas del Verbo', de Jaime Gil de Biedma. Lo recuerdo como se recuerda el sabor de la primera droga contra el paladar, taquicardia y risa boba. Lo recuerdo perfectamente, su lectura me hizo mayor, mejor y más valiente, que es a lo único que una debería aspirar en cada paso, y condición sin pacto para darlo.

Aquella primavera de mis 20 años -yo nací en el 68- soñé que podría ser libre y ser culta, germinó la posibilidad de que tuvieran razón los días laborables y arrancó la cuenta atrás de los cuatrocientos cuerpos que la sabiduría exige. Qué gracioso, entonces la vida parecía compleja y era un juego de damas, cómo se nos ha retorcido el pasar de los días, y qué viscoso, intestinal.

Me entero de que cierra la librería Roquer de els Jardinets de Paseo de Gracia el mismo día que se cumplen 100 años de algo relacionado con Camus, que más da qué. De ahí salió mi primera lectura de 'El extranjero', también esa, y era aquel mismo año ligeramente egoísta y caduco. La dueña de la Roquer ha dicho algo así como que si la gente leyera, ellas no cerrarían. Sí, sí, sí, ahí está la clave.

Leer. Aquella forma de deslumbramiento, de recogimiento, de temblor, aquel modo de reconocerse sin haberse conocido, ese brutal y valiente ejercicio de intimidad. Leer, qué vieja actividad. Ya no leemos, al menos ya no así. Ya nunca me encuentro en medio de conversaciones sobre un descubrimiento literario, nunca oigo recitar a altas horas los párrafos del ebrio, nadie me cuenta cómo tiembla una metáfora que se nos pasó.

Leer. Antes leíamos cuando, tras llegar a casa, nos quedaba un rato de asueto con los críos dormidos. Leíamos cuando comíamos solos en alguna taberna de menú o sobre la barra de la cocina. Leíamos cuando viajábamos en tren, cuando esperábamos el bus, cuando un novio se retrasaba, los domingos de derrota, en el cuarto de baño y en la playa, durante esos momentos en que se bebe sola... Leíamos. 

Ahora, en todas esas ocasiones, sacamos el móvil o la tableta o lo que sea que cargamos y nos damos un garbeo por las redes sociales. Eso veo. Navegamos por facebook, nos narramos en facebook, ah maldito ombligo, opinamos en twitter, cotilleamos, nos hacemos mirar, lanzamos proclamas y mensajes de amor. Expulsamos restitos de nosotros y miramos los restitos de aquellos que nos pasan por delante. Justo lo contrario del ejercicio del leer: Alimento, alimento y proteína.

Me pesa la sensación de que hemos sustituido/estamos sustituyendo el acto de alimentarnos por la pequeña siembra de nuestras cagarrutas. Y será que me hago vieja, pero voy a retirarme de todo ese jaleo de las redes para volver a otro silencio, otro ritmo y volver a leer como lo hacía entonces. A ver si todavía estoy a tiempo de ser libre. O de ser culta.



Leí ayer este artículo y me sentí identificada con su pensamiento. Y es que, aunque yo de momento sí encuentro utilidades en las redes, y no lo voy a negar, creo que éstas están profundamente sobrevaloradas. No dudemos que esta sobrevaloración se debe en gran parte a los intereses de los interesados, que sacan tajada de todo lo que se menea sin ningún tipo de escrúpulo.

Cuando digo que están sobrevaloradas, me refiero precisamente a lo que se menciona en este artículo; el coste de oportunidad que tantas veces apareció en mis libros de teoría económica y que, a medida que pasa la vida, lo voy comprendiendo mucho mejor, como tantos otros conceptos...

El tiempo, desgraciadamente, es limitado. Lo que dedicas a pensamientos cortos no lo dedicas a cultivos más fructíferos. Es así de simple, así de claro. 

Creo que las redes sociales nos han acercado en cierto modo pero ¿a costa de qué?. También es cierto que sigo prefiriendo la tranquilidad que se respira en los blogs porque de ella pueden surgir debates más interesantes, más sosegados, más meditados que los generados en las riadas de Facebook o Twitter. Ahora sí puedo opinar. Ahora las conozco de manera suficiente como para tener un criterio fundamentado sobre ellas.
 
Pretendo recuperar ese espacio-tiempo de lectura en silencio, de observación, de estudio. 

 ¡Será por oportunidades valiosas en esta vida!

5 comentarios:

Ripley dijo...

que curioso yo tb hablaba en mi entrada de hoy de hace unos minutos de las tablets y la lectura.

pero al final he quitado el texto y he dejado únicamente una foto. me esfuerzo en hacer cosas bonitas y escribir divertido para que luego lo vean mis cuatro gatos. esos que ahora me siguen de tarde en tarde y de 6 a 7 como dice la canción. a los demás que les vaya bonito como cantaba Enrique Urquijo. gentes a las que creí amigas pero...vamos a dejarlo ahí. Estoy muy desilusionado esa es la verdad.

me alegra infinito que te alejes de las redes que no son sino una extension de la telebasura y la estulticia, un elemento mas para el enfrentamiento.

me alegra que utilices tu tiempo en algo tan placentero y cautivador como tener un buen libro entre las manos y si además este deja huella en tí tanto mejor.

Hoy estuve en el hospital, tenia resonancia del cerebro y mientras esperaba la ambulancia que debía traerme a casa, hice una llamada para averiguar que pasaba pq llevaba dos horas de espera, y entonces un señor mayor cuando colgué me soltó un refrán y luego otro y cuando compre un refresco un tercero, los iba engarzando y consiguió solo con refranes darle sentido a lo que me decía.

Tambien se quejaba igual que yo, pero lo hacía no de un modo directo sino como si hubiera surgido de algún lugar doscientos años atras.

Y creeme si te digo que no tenia pinta de ser una persona culta, mas al contrario, pero me cautivaron sus formas, lo pausado de su hablar, me lanzó el capote y yo respondí a mi estilo.

Fue breve pero enriquecedor.

besos. te echo de menos por mi blog.

Campurriana dijo...

Ripley, no me eches de menos porque estoy ahí. Los blogs merecen ser visitados con tranquilidad y el tuyo no va a ser menos. Es más en todo caso por el tema de la fotografía. Me gusta disfrutar las imágenes, crear historias alrededor de ellas...
Sin tiempo, esa actividad pierde mucho valor, casi todo...
Espero que lo comprendas.

Me ha encantado la historia que me cuentas del señor. No olvides que mucha cultura puede caber en una persona que no parece culta. Hay muchos tipos de cultura, Ripley. Y cada uno tiene la suya.

Yo creo que de todos (o casi todos) podemos aprender algo.

Un abrazo.

Por cierto, me ha recordado tu historia a una que escribí en el blog hace tiempo en mi visita a la ciudad de Salamanca:

El hombre de la Plaza Mayor de Salamanca

Juan Carlos dijo...

Ripley es un quejica con los comentarios. No se da cuenta de que los blogs son visitados pero desde la eclosión de los smartphones la gente mira pero no comenta. Además, me da que los blogues ya están pasados de moda, ahora se lleva un poquito de "caralibro" para poner fotos de gatitos y un muchito de tuíter para colgar gilipolleces. Es lo que hay, es por lo mismo que la gente ya no lee. (In)cultura de la inmediatez y pensamiento fácil. Ya tiene nombre y todo: Phubbing
http://www.recursosdeautoayuda.com/phubbing-el-arte-de-importarte-una-mierda-a-quien-tengas-al-lado/

Douce dijo...

Hola, Campu

No suelo dar 'consejos'. Cada cual debe vivir y repartir como desee y pueda.

Estoy jubilado, dispongo del todo tiempo para distribuirlo como desee. Así lo hago y aún a las doce de la noche 'no me da tiempo'. Lo que no sabría es cruzarme de brazos o sentarme en una plaza , ver pasar a la gente, o hablar con algún amigo. Tampoco frecuente esas 'iglesias' donde se toman cañas y tapas,(cosa muy saludable)salvo con amigos y la familia de vez en cuando.

Distribuyo el tiempo en aquello que me guste y me 'alimente'. Digo esto porque no me atrae ni los Facebook , ni los 'gorjeos'.

Conocía el artículo que citas y sus subrayados y repasaba hace un rato las 44 Cartas Bauman donde habla de este 'Mundo líquido':

No me compete a mí, pero creo que has hecho una buena elección. ¡Hay tantas cosas más saludables para gorjear...!

Tengo cerca en casa a jilgueros, o 'jilgueras'...:-)

Disfruta de tu fin de semana

Campurriana Campu dijo...

Había escrito un comentario pero por un dichoso malware de ésos se me ha borrado.

Decía algo así:

Juan Carlos, efectivamente nuestro Ripley es un quejica. Yo prefiero que se acerquen a mi saloncito sin prisas, con la tranquilidad que permiten algunos días...no con prisas y pinchando un "Me gusta" de ésos que, es cierto, hacen menos ilusión que un comentario, una simple lectura con una cierta atención...

Nau, estoy contenta con mi decisión. Ya tenemos bastantes congestiones como para tener más...
Eso.