22 de abril de 2014

Hoy daría yo la vida...




Pues sí. Que Campu está romanticona últimamente. Tontorrona también (tenéis que perdonarla).

Me dirijo ahora a ese rincón bajo las mantas para seguir leyendo. Tengo un libro entre mis manos que me está llevando a tantos lugares que deseo conocer, que deseaba...
Me sorprende su sinceridad, su sencillez, su tremenda cercanía al lector.
Hablaré de él cuando lo termine de leer. Necesito conocer las guindas para poder juzgar con seguridad.

Siempre hay que esperar las guindas porque a veces llegan a sorprender enormemente en múltiples sentidos; incluso, en los más positivos.

Feliz noche, navegantes.
Feliz día.

5 comentarios:

  1. ¡Esperaré por tu guinda, que has despertado mi curiosidad!

    Besos

    ResponderEliminar
  2. Prometo contarlo...Hay que compartir todo lo bueno que nos rodea.
    Felices sueños, Myriam.

    ResponderEliminar
  3. ¡ah pero nos rodea algo bueno! Eres una optimista, yo lo fui pero es que ya es tan dificil...

    ResponderEliminar
  4. Pues esperamos las guindas. Mientras tanto, subamos al Titanic, aunque conozcamos el final...
    Besos.

    ResponderEliminar
  5. Pedro, ¡Pues aprovechemos antes del Naufragio!

    Ripley, tú mejor que nadie sabes que hay cosas que merecen la pena. Claro que sí.

    ResponderEliminar

He tenido que habilitar de nuevo la moderación de comentarios. En este blog se admiten todo tipo de opiniones pero con argumentos y con respeto hacia las demás. El insulto y las malas formas no caben en este lugar. Si entras aquí con esas intenciones, no serás bienvenido.
Los anónimos han venido en forma de spam solamente, durante estos últimos meses. Me veo obligada, por lo tanto, a bloquearlos.
Siento que tenga que ser así.
Gracias.