10 de junio de 2014

Compostela y la corrupción


¿Sabéis lo más gracioso? Que los que pretenden sacar este "país" adelante están más contentos que unas castañuelas viendo como el Ayuntamiento de Santiago de Compostela (su ciudad) se llena de mierda (con perdón).

De verdad. Es todo tan vomitivo en política (de un lado y de otro pero parece que más de un lado que de otro en este sentido) que es preferible no abrir los periódicos, los medios en general.

Ni así conseguirán lo que quieren. ¡Ni así!

Y es una lástima pensar esto. Una verdadera lástima.

2 comentarios:

Ripley dijo...

Parafraseando a José Antonio Camacho: "¡Campurriana de mi vida!

¿Que voy a hacer contigo?

1. Los periódicos ya no se compran, ¿por cierto cuanto cuesta uno? Ya ni me acuerdo cuando fue el último que compré, probablemente de cuando ganamos la segunda Eurocopa.

2. Lo de las televisiones es de vómito y en mi caso quedan para algunas series, algunos dias el resto del tiempo ni la enciendo.

3. Yo me informo por internet. La noticia es la misma claro, los hechos son los hechos y el asco es el asco. Vivimos uno de los peores momentos de la historia de España que casi nunca tuvo gobernantes a la altura de su grandeza pero ahora es que dan ganas de meterlos en una patera y enviarlos a donde mejor te parezca. Los políticos son políticos por que no saben hacer otra cosa, ¡que lejos queda lo de servir al ciudadano!

4. Lo mejor una buena biografía y granizados de limón. Si absorbes rápido te hace una limpieza de ideas.

5. Lo de la vagancia es una forma de hablar porque nos tienes mal acostumbrados y claro cuando faltas pues se te extraña.

besos

Campurriana dijo...

Ripley, si ya no compro periódicos. No recuerdo cuál fue el último que compré pero te aseguro que sería en fin de semana por eso de los miles y miles de suplementos que ahora ya tampoco me interesan.

Quizá peco de cogerlos con la taza de café que me tomo todas las mañanas en alguna cafetería. Por aquello de acompañar, por aquello de amargar la cafeína, diría yo...

Me encanta lo de la biografía y el granizado de limón. Me ha entrado una sed que ni te cuento.

No me olvido de vos. Eso nunca.

Disfrutad del sol. Aquí al fin brilla con fuerza.