Me he escapado últimamente a mi verano. Sigo pensando en la fugacidad de los días y en la fugacidad aún mayor de los días de sol en Galicia.
He buscado otros veranos. Veranos en los que todo permanece como hace tanto tiempo, en los que los recuerdos de infancia se enfrentan a los recuerdos y vivencias de la vida de adulto, en la que apenas nada es igual pero se valora muchísimo más.
El verano es un tiempo de análisis, un tiempo de reflexión. Mientras meditamos, seguimos viviendo apenas sin ser conscientes de ello.
Leed libros, id a la playa y quedaos hasta el cierre de escenario, saboread una buena cena a la sombra de una parra en las tardes infinitas, tened conversaciones intrascendentes a la puerta de la casa del pueblo, pasead escuchando el sonido de la naturaleza nocturna, del suave mar de algunas costas o el bravo batir de las olas de otras muchas...
¡Cuánto valoro estos instantes detenidos!
Detenidos porque espero recordarlos hasta el fin de mis días...como un caramelo dulce en medio de tanta amargura...
Desgraciadamente, Campu, el verano no suele ser para la inmensa mayoría de la gente "un tiempo de análisis, un tiempo de reflexión", sino un tiempo de naderías y de despropósitos, pero me alegro que para tí sea lo que dices y que lo disfrutes como debe ser.
ResponderEliminarSaludos.
Volver al ayer, al poblado perdido en la selva, en los viejos cazadores y los jóvenes pescando y las chicas bañándose. En las noches oscuras y el canto de los animales de la selva, en los mosquitos, ejenes y demás sabandijas.
ResponderEliminarTodo eso se lo llevo el hoy, ahora es una pequeña ciudad turística, ya no hay nada de lo que tuvo ayer.
Juan, es cierto. Podríamos extender el concepto "verano" al resto del año. Nos detenemos poco. Yo intento hacerlo y, también, puedo permitirme este lujo que mucha gente no puede disfrutar, o no quiere, o no sabe...
ResponderEliminarChaly, quedan rincones fuera de esas zonas turísticas. Rincones por los que aún no ha transcurrido el tiempo voraz, sino un tiempo sereno, silencioso, lento como las tardes lentas del verano en el campo.
Disfrutad de vuestro verano, de vuestros veranos.
Creo que pides demasiado, "analizar", "reflexionar", "meditar", ¡que cosas se te ocurren!, en verano las gentes lo único que desconectan es el cerebro y el resto del año lo tienen en modo "off". Coclusión: "la masa no pensante".
ResponderEliminarEn mi caso concreto el cerebro funcionará hasta el último instante, no se si para entonces esto será una ventaja o un inconveniente mientras tanto soy muy consciente de lo hermosa que es la vida, al cabo sin ella simplemente no seríamos y para mí cada segundo cuenta. Al hilo de esto ayer vi una cosa por youtube que estuve a puntito de enviarte pero como ahora te caigo mal, no me decidí aún a sabiendas de que te gustará.
Como a Juan también me alegra que tus veranos sean como cuentas.
Ripley, de vez en cuando, no está mal dejar de pensar, y más cuando se piensa demasiado. "De máis", como diríamos por Galicia.
ResponderEliminarAh! puedes enviarme lo que gustes. Y no me caes mal. No se trata de eso y lo sabes.
ResponderEliminarNo es por llevar la contraria pero es imposible no pensar.
ResponderEliminarPuedes pensar en otras cosas pero pensar piensas del mismo modo que respiras...aunque no te des cuenta.
Es inevitable dejar de pensar...pero...podemos elegir un poquito nuestros pensamientos. Podemos dirigir nuestra mente hacia "pensaciones" más fructíferas, más positivas...
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