4 de enero de 2016

"Las historias de un bobo con ínfulas" de José Antonio del Pozo

El noble impulso lo otorga José Antonio del Pozo a su escritura. Me atrajo de él su blog impertinente. Un análisis de la sociedad que, lo mismo provoca una sonrisa, como una desesperación o ambas. Coincido, por cierto, con muchas de sus visiones. Estoy segura de que ha sufrido, como yo, calificaciones variopintas desde facha a rojillo, pasando por encantador. No sé si la confusión reina en nosotros mismos o en los demás, cegados por la idea de la existencia de dos únicos mundos y no infinitos. 

A Armando he llegado a quererlo. Es hombre y cuarentón y, debo reconocerlo, me atraen estas dos constantes. Además, es rarito. Quizá no tan rarito como los que lo tachan de rarito... Ocurre así en la vida real y el libro es realidad pura. Duele, sobre todo, por esa soledad palpable; ese deseo, no tanto de sexo, como de amor cándido. 

Armando es, en el fondo, un niño desamparado, un solitario cuyas soledades son impuestas como el sello a la vaca carne de matadero. Las mujeres, las otras grandes protagonistas de estas historias, huyen de los inseguros, de los esmirriados, de los hombres como él. Hablo de la huída en el sentido sexual. Otra cosa es el instinto maternal que pudiese generar el pequeño protagonista.

Armando tiene todo pequeño menos el corazón. Es vergonzoso, friki, observador, crítico, sensible, soñador empedernido. Abandonado también y esto es lo más importante; de hecho, podría escribir todo este adjetivo con mayúsculas. Es más, todos los abandonados debieran escribirse con grandes y vistosas mayúsculas, por los dolorosos pinchazos que provoca el abandono en el propio ego, tan necesario hoy en día para sobrevivir dignamente. 

Su vida se resume en las desventuras nocturnas y los tragos de un alcohol no deseado. A veces no son nocturnas pero lo parecen por su extravagancia y su onirismo. 

Frases, ideas y expresiones que conducen directamente al sentimiento, enriquecen las mil y una historias del aprendiz de seductor... "Antes de que Venecia desaparezca, antes de que tú y yo desaparezcamos"... 

En resumen y como conclusión, opino que detrás de este pequeño libro se esconde y muestra un gran personaje. A pesar del repelús, se le coge cariño desde la primera línea y eso es indiscutible. Es difícil crear un personaje con estas características y, creo, tiene que ser más explotado en un futuro porque se lo merece. Él seguro que se deja sin oponer demasiada resistencia... Estaría encantado, es más. Esta obra puede ser el inicio de algo más grande. Necesita pulirse en forma y trabajarse en fondo. Pero es un maravilloso inicio... 

Gracias por tu tiempo y ocurrencias, José Antonio.

2 comentarios:

José Antonio del Pozo dijo...

muchas gracias, Campu, por tu análisis, por tu trabajo, por tu tiempo con mi libro. Un gran abrazo.

Campurriana dijo...

Cada libro es una experiencia, José Antonio. Una experiencia de vida real porque aporta a la vida real. Ahora mismo, tengo entre mis manos una novela histórica. Ando por el siglo XII y las cosas no han cambiado demasiado. Nunca cambian demasiado si pensamos en nuestros vicios y virtudes...

Gracias a ti, José Antonio. Sigue escribiendo.