18 de abril de 2016

A María Jesús Paradela de "Paradela de Coles"

Ayer me sorprendió la noticia del fallecimiento de una amiga bloguera: María Jesús Paradela. La última vez que entré en su blog, había leído una despedida sin opción a comentarios. No sabía que estaba malita, la verdad. Además, parece mentira que una mujer como ella, tan dispuesta y con tanto amor por la vida, se pueda haber marchado para siempre. Es verdad...nos vamos todos, nos iremos todos tras ella irremediablemente...

No la conocí personalmente pero sí a través de su blog "Paradela de Coles", que ya es muchísimo, creedme. También ella ha pasado al saloncito en alguna ocasión. Recuerdo que era una mujer sensible que sabía valorar las cosas buenas de la vida, y eso ya debe reconfortarnos a todos en cierto modo.

Era muy interesante compartir con ella las vivencias en una casa de campo gallega, que era más que una casa. Su diario era su blog acogedor, su rincón especial. Con sus confidencias, creo haber compartido con ella la recogida de los huevos de las gallinas, el baño a uno de sus caballos, el magosto, una comida a la gallega en una mesa repleta de generosidad, el amanecer y anochecer de los árboles frutales, la luna y el sol de nuestra Galicia: la de todos.

María Jesús, has dejado un hueco importante en nuestra blogosfera. Eras, sin duda, una bloguera especial. Siento no haberte escrito pero fue debido a mi desconocimiento. Pensé que te ibas por otro motivo más amable o, al menos, menos duro. Te imagino, María Jesús, compartiendo un pulpo gallego y un buen vino por ahí arriba. Así quiero imaginarte.

5 comentarios:

Douce y el Náufrago dijo...

Buenos días aún.

He leído la despedida de tu amiga María Jesús Paradela y leí también su última despedida:

"Amigos.
Ha sido hermoso mientras duró.
Y como muchos de vosotros estais enlazados en alguna parte a mi blog, quedará abierto.
Todos me habéis dado mucho más de lo que esperaba. Y os lo agradezco."
Y, en este teatro de la vida, hago mutis por el foro. Gracias.

(28 DE ENERO DE 2016 dejó en su Blog)

Hablaba de su Educación: la naturaleza, los animales, su tierra gallega, la lectura, escribir.

Toda una LECCIÓN DE UNA VIDA (La Profesora María Jesús Paradela)

Ripley dijo...

Yo me enteré hace algún tiempo en el blog de alguien al que llegué rebotado siguiendo comentarios hasta que allí se daba la fatal noticia, y escribí, claro. Tampoco la conocí pero sí reconocí la foto de su perfil e inmediatamente recordé que en alguna ocasión me había visitado como también yo estuve por su blog, en una visita silente. Con ella y en estos años de blog que ya van para nueve se me han marchado varias personas, una muy querida y especial; fotoreportero de guerra durante 25 años y superviviente de dos terremotos fue a morir en la acera de una calle de Valparaíso ciudad donde residía, ocurrió prácticamente a la puerta de casa muy de mañana cuando una idiota borracha se lo llevó por delante con su todoterreno. Nos dejó muy solos, un tipo especial y grande en su humanidad Jan Puerta.

De María Jesús sé lo suficiente para saber que no tenía enemigos y sí muchos amigos, que era muy querida y le adornaban toda suerte de virtudes. Que descanse en la paz de Dios

Campurriana dijo...

Y, en este teatro de la vida, hago mutis por el foro.

Nau, me hizo reflexionar esta despedida. Y su casa...la deja abierta. Es realmente provechosa una visita calmada por sus habitaciones.

Ripley, la muerte de un bloguero es un asunto novedoso en esta sociedad que comienza a tocar las cotidianas tecnologías. ¡Cuántos pensamientos personales derramados por la red de personas que ya no están con nosotros! Es una sensación extraña lo que provoca para mí la muerte de un bloguero.

Estoy contigo. Jan Puerta era un tío grande. Muy grande.

Alfred dijo...

No tenía el gusto de conocerla, no coincidí con su blog en esas excursiones que a veces se hacen.Pero no por ello dejaré de lamentar su pérdida por cuanto demuestras en tu escrito era un ser querido.
Un abrazo.

Campurriana dijo...

Alfred, siempre entristece, y mucho, la pérdida de personas buenas. El mundo queda un poquito más huérfano.