A raíz de esta entrada de la isla, vomitaba lo siguiente en los comentarios. Y digo "vomitaba", porque realmente me avergüenzo de este espectáculo al que estamos asistiendo todos.
Nos están intentando llenar de vacíos mientras ellos se llenan de algo
que no merecen ni por asomo. No merecen nada porque se olvidan de por
qué están ahí. Están ahí por unos ciudadanos que hemos votado, que hemos
hablado de forma clara. En la política sí que hay perdedores y todos
sabemos quiénes son. Lo hemos decidido con nuestra papeleta y continúan
actuando en teatrillos patéticos como patéticos ganadores.
Por eso no quiero pensar en ellos. Porque me indignan, me cabrean, me producen una absoluta desesperanza.
También me produce desesperanza el saber que muchos no saben nada, no están formados en nada. Cumpliré la ley si me apetece. Y muchos, ni siquiera conocen las leyes.
Miedo me dan las malas intenciones, pero más miedo me da la ignorancia en el poder.
Si no te importa, lo paso a mi saloncito. En él, ya lo sabes, "cuelgo" sentimientos.
Un abrazo.
Por eso no quiero pensar en ellos. Porque me indignan, me cabrean, me producen una absoluta desesperanza.
También me produce desesperanza el saber que muchos no saben nada, no están formados en nada. Cumpliré la ley si me apetece. Y muchos, ni siquiera conocen las leyes.
Miedo me dan las malas intenciones, pero más miedo me da la ignorancia en el poder.
Si no te importa, lo paso a mi saloncito. En él, ya lo sabes, "cuelgo" sentimientos.
Un abrazo.
Dejo la columna de David Trueba, a la que se hace referencia. Obviamente, yo creo que el vacío nunca será nuestro.
Gracias, Nau. Por hacérmelo llegar.
Mirador-VACÍOS
Estamos llenando todo de vacíos. Le leí esta frase a José Luis Cuerda
en sus apuntes para las redes sociales de estos días. Hace ya tiempo
reunió sus fogonazos de ingenio en un volumen titulado Si amaestras una cabra, llevas mucho adelantado.
Los españoles tenemos la tentación de hacer frases mientras se cae el
mundo. Ya hace años que nos especializamos en hacer chistes para salir
de la crisis, para salir de casa, para salir de misa, para salir de un
problema, cuando sabemos que salir de esos sitios se hace imposible. Así
que nos tiramos por la ventana de la dialéctica y la sorna, y ya
vendrán tiempos mejores. Pero la frase de Cuerda llega con extrema
puntualidad a este proceso sorprendente de repetición de elecciones
nacionales, mientras el país anda entretenido con el fútbol, donde somos
una potencia mundial de coraje y fortuna. La frase de Cuerda llega para
definir un estado de las cosas con la precisión de un cirujano.
A nadie le gustaría saber que el cirujano, cuando te tiene abierto en
la mesa de operaciones, está pensando en un chiste que tiene que
contarle a las enfermeras sin falta. Pero para que el humor nazca con
potencia y no con esa flácida conveniencia de lo amable, necesita
generarse en situaciones de pánico. Los españoles no entienden nada y,
por más que les gusta votar, no acaban de apreciar el votar por votar. Y
andan los partidos pidiéndoles votar todo el rato, votarlo todo, para
en realidad no votar sobre nada, sobre nada distinto a la perpetuación
de los líderes al frente de sus marcas. De todas maneras no conviene
caer en la desesperanza, que suele ser el estado perfecto para que te
cuelen las prioridades ajenas como propias. Si malo es repetir la misma
cantinela, peor aún es que esa cantinela no sea la más acorde a nuestros
intereses. Así que ante el aplastamiento, la pereza y la sensación de
hastío, algunos se están frotando las manos. Y los españoles se pueden
permitir los chistes y las gracias, pero no la indiferencia.
Los vacíos, incluido el vacío de poder, parecen convenir y mucho a
quienes se mueven con comodidad entre las decepciones y la ingravidez de
la población. Nosotros bostezamos y ellos nos sacan las muelas. Estamos
llenando todo de vacíos, lo ha dicho Cuerda magistralmente, pero ese
vaciado algunos se encargan de gestionarlo, con el disimulo habitual de
los más listos, que parece que no hacen nada nunca, que son solo
relleno, pero están todo el día diseñando el pequeño mundo en que nos
movemos. Que el vacío, al menos, sea nuestro.
5 comentarios:
Poco se puede añadir.
Yo también estoy hastiada y hasta un poco cabreada con nuestros políticos.
Me fastidia eso de "llenar de vacíos", pero creo que ilustra muy bien la situación.
Feliz semana a pesar de todo y de todos.
(Ah, y la verdad es que no es poco, sino mucho el cabreo que tengo...)
Maribel, yo lo que tengo claro es que tenemos que votar. Hoy más que nunca.
Es cierto que no hay nada que convezca de verdad pero es el momento de no dejar tirada a España.
Es cierto. Me da pánico esta estrategia de Podemos, que se agarra al clavo ardiendo de Izquierda Hundida para salir a flote.
Si caemos en manos de éstos....Buffff
¡No quiero pensarlo!
Y yo que pensaba pronunciarme "sutilmente"...
Qué verano nos espera...
Besos.
Pedro, yo al final pienso siempre eso de "mientras tengamos salud"... Y fuerza para luchar contra todo esto, claro.
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