19 de mayo de 2016

Y por seguir con Madrid...



Tengo el ordenador estropeado desde hace unos cuantos siglos y sólo puedo utilizar las fotografías ya colgadas en alguna ocasión en el saloncito. He aprovechado para volver a sacar una de esta ciudad de Madrid que me acogió, como en tantas otras ocasiones, en uno de mis viajes. Procuro ir siempre que puedo, la verdad. Procuro pisarla, disfrutarla, estrujarla, saborearla y... ¿Por qué no? Criticarla también.

Como toda gran ciudad que se precie, puede llegar a ser el rincón más cálido de este mundo o el más congelado. 
Yo, sinceramente, me agarro todo lo que puedo a la ciudad pequeña pero...nunca se sabe por donde nos llevará la vida...

Recuerdo que, en esa escapada, paseé cámara en mano y disparé a aquello que me producía alguna sensación; una especie de llamada a apretar "el gatillo"...

Estos días, estoy paseando por los blogs de Ripley de nuevo. Ha sido como una terapia... Vuelvo a ver un montoncito de imágenes "Ripley" y vuelvo a leer sus ocurrentes fragmentos a pie de foto: humor y transparencia.

¡Cuánto tiene que agradecerle la capital!
¡Cuántos instantes inmortalizados!

Seguiremos viajando, leyendo, aprendiendo y, seguramente, desaprendiendo también.
La vida es así...aprender y desaprender, aprender y desaprender...
Aunque, estoy convencida de ello: moriremos mejores.

8 comentarios:

Miguel García dijo...

Hace muchos años, tantos que no me acuerdo, viví en Madrid y, chico de pueblo, no acababa de acostumbrarme al ritmo frenético de la «gran ciudad». Tuvieron que pasar muchos años para, tras haber conocido y pasado largas temporadas en ciudades mucho más grandes, aprender a apreciar la belleza casi provinciana y pueblerina de Madrid (sí, ya se que más de un Madrileño se va a subir por las paredes, pero lo digo como un piropo).

Campurriana dijo...

Fue la ciudad que me vio nacer, Miguel. Mi familia también anda por allí. Y, es cierto, si quieres hacer de Madrid un pequeño barrio, ¡es posible!

Jota Ele dijo...

¡Oigan ustedes!

¡Mucho ojito con criticar a Madrid!

Que, como Ripley, soy madrileño ejerciente y dispuesto a defender mi terruño hasta las últimas consecuencias.

Bueno, es broma. Fijaos si somos buena gente, que hasta estamos dispuestos a asumir las críticas de provincianos como vosotros.

No sé si decirte besos o cruzarte la cara con el látigo de mi desprecio, Campu.

Ea.

Campurriana dijo...

¡Ay, Jota Ele!

No sabes cómo agradezco el humor en el saloncito.

Prometo cambiar de tono en próximos días. ¡Lo prometo!

¿Sabes? El látigo de tu desprecio me pone!!!

jajajajaaja

Douce y el Náufrago dijo...

Buenas noches, Campu

Viví medio año en Madrid estudiando.Con la muerte de mi padre tuve que volver a Salamanca. A las dos las quiero. Cada uno con su alma.

He vivido por lo menos en nueve o diez ciudades: siete en España y dos países en el extranjero.En ninguna me he sentido mal y de ellas he recibido algo de su 'alma'.

De todas, es normal, tienes el alma donde naciste aunque haya vivido aquí 39 años.

Boas noites

Campurriana dijo...

Nau, todo el mundo debería vivir al menos en quince lugares diferentes a lo largo de su vida. Cuanto más diferentes entre ellos, mucho mejor.
¡Cuántas cortedades de miras desaparecerían de un plumazo!

Yo no me había parado a pensar pero...ya he vivido en unas cuantas ciudades también...
Nunca fuera de España y mira que lo siento. A veces pienso que se me ha pasado la edad y, otras, que puede ocurrirme en cualquier momento, tal y como están las cosas del trabajo...
Y ¡nunca se sabe!...nunca se sabe lo que es mejor para uno.

También sé que me encanta España. ¿Para qué negarlo?
Y sí...preferiblemente, las provincias.

Fdo.: Una provinciana orgullosa de serlo.
;)

VENTANA DE FOTO dijo...

Hace años que no paseo por madrid, aunque en octubre del año pasado estuve de paso ya que mi destino era un viaje por Portugal.

Besos

Campurriana dijo...

Madrid es una delicia, Ventana. Me gusta en esos fríos días de invierno soleados, en sus otoños, en sus primaveras. Incluso, en sus veranos, es una ciudad también mágica. Esto mismo, lo de los veranos, lo comentaba Ripley en sus blogs... Le gustaban los veranos de Madrid...