22 de mayo de 2017

Risto y Laura (ligeramente corregidos)



Los había visto por las redes sociales proclamando su amor. La pareja la comprendía desde el punto de vista de la joven Laura. Y es que, cuando una tiene veinte años, uno de cuarenta impresiona y mucho. Más, si posee esa chulería con ceja levantada de Risto; personaje, que además de público (que eso suma mucho), es encantadoramente borde cuando quiere. Extremadamente populista, cuando quiere también. Y, a veces, absolutamente insoportable, ¿para qué engañarnos?

Se trata del papel que le ha dado de comer hasta ahora y reconozco que, a veces, he sido ligeramente seducida por él y, otras, todo lo contrario.

En estos momentos, por ejemplo, le estamos viendo "bajar la guardia" por su amor por la belleza y naturalidad de una chica que parece todo ingenuidad. La tierna gacela en manos del "Rey de la Sabana"...

Está estudiado, de alguna manera. Hasta esa espontaneidad, que no dudo de ella.

Todos los papeles que se interpretan en las redes sociales por personajes públicos, están más que estudiados. A mí, lo de la exposición de Risto me parece un tanto ridículo en este sentido; incluso, un tanto impúdico a su edad. Impúdico porque, donde yo veo a una niña aún, él ve a una mujer o una oportunidad de negocio. Pero ¿quién soy yo para juzgarlos, si sólo los conozco por estos ventanales? Se han expuesto y opino. Nada más. De hecho, son creadores de opinión y se gustan por ello. Se encantan, diría yo. Se encanta ella que es joven y youtuber.

Acabo de ver el programa de Calleja porque Risto es un personaje que me interesa, televisivamente hablando. Dentro de lo que me puede interesar la televisión de hoy, por supuesto.
En el programa de Calleja esperaba que me hiciesen cambiar de opinión ambos los dos pero no lo han logrado. No me ha gustado ni me han llegado lo más mínimo. Quizá, la culpa sea de producción y no de ellos... La televisión es cruel a veces. Otras, extremadamente generosa.

Lo que más me ha llamado la atención, sin embargo, es la ñoñería del programa televisivo que presenta ahora Mejide. Debería largarse antes de que la vergüenza ajena hunda la reputación conseguida hasta ahora. Debería irse sin mirar atrás y hacer como si nada.

Yo te aconsejo, Risto, que sigas con los programas de entrevistas más íntimas. Te aconsejo que aprendas de los grandes de la televisión sin perder tu propio sello. Estoy segura de que lo harías muy bien si te lo propusieses (y te lo permitiesen). Espero equivocarme y, donde veo desesperación por la fama facilona ahora, vea un camino hacia el éxito profesional y personal. Sin persona, no hay profesión que valga.

También deseo, de todo corazón, que seáis muy felices para siempre, Risto y Laura. Me encanta ver a las personas felices y, últimamente, andamos un tanto escasos de historias amables, y necesitamos de felicidad propia y ajena para seguir tirando con fuerzas.
Ojito también con las redes sociales y su excesivo protagonismo en lo cotidiano de nuestras vidas. 

Cuídala, Risto. ¡Que no me entere yo!


*Disculpad la frivolidad.

6 comentarios:

VENTANA DE FOTO dijo...

Se ha convertido en la pareja de moda. También yo vi el programa de Calleja, que me gusta por los buenos paisajes.

La participación de antonio Orozco, me pareció muy espontánea y natural.

Besos

Campurriana dijo...

Una pareja de moda que no es como las parejas de antes, Ventana. No me llegaron al corazón porque los veo fríos. Pendientes de su imagen pública, de sus miradas y morritos. No sé... Deseo equivocarme y que me digan, dentro de muchos años, que tenían razón ellos; que era amor verdadero. De esos amores que cada vez escasean más...

Antonio Orozco enamoró a mi madre con su música. Algo tendrá...
A mí, de buenas a primeras, no me atrae nada.

Un abrazo.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Yo ese nuevo programa no lo veo ni atado.

Campurriana dijo...

He modificado esta entrada, que había escrito el pasado 15 de mayo. La he modificado porque no había indicado que Risto muestra desesperación. Una desesperación que, quizá me equivoque, creo no le beneficiará a nivel televisión. Creo...

También la he modificado porque me he imaginado a mí (de la generación de Risto) entre veinteañeras. Al margen del disfrute del cuerpo terso, me he imaginado descolocada, fuera de lugar. Que una pareja haya vivido la misma época une mucho. Me decían un día unos mayores sabios: "Que le toque jubilarse cuando te toque a ti".

Suerte.

Campurriana dijo...

Además, no me gustaba cómo estaba escrita. Hay veces que no hay manera de arreglarlo. Quizá, sea el tema.

Campurriana dijo...

Pedro, no había visto tu comentario. No me extraña que no lo veas. Yo no aguanté ni una parte del primero. Le di una oportunidad a Risto. La desperdició.
Si tengo que titularlo, el título sería el siguiente: "Vergüenza ajena".