El mar que me ha acompañado hoy, tenía el color especial de los días de otoño.
Me gusta la luz de estos días porque deslumbra; como la propia vida, cuando sabes que un cambio importante se acerca y no sabes muy bien de qué se trata.
He tenido que habilitar de nuevo la moderación de comentarios. En este blog se admiten todo tipo de opiniones pero con argumentos y con respeto hacia las demás. El insulto y las malas formas no caben en este lugar. Si entras aquí con esas intenciones, no serás bienvenido.
Los anónimos han venido en forma de spam solamente, durante estos últimos meses. Me veo obligada, por lo tanto, a bloquearlos.
Siento que tenga que ser así.
Gracias.
Otoño y mar... qué más pedir.
ResponderEliminarBesos.
Para los que vivimos en secano, el mar siempre tiene un color especial,
ResponderEliminarPara mi el otoño es la estación de los colores.
Un abrazo.
Una diferente visión del mar, que contrasta con el tiempo de verano, que es cuando mayormente acudo a su orilla. Ahora los tonos varian y resultan además muy agradables.
ResponderEliminarBesos
Pedro, y con la montaña al lado, ni te cuento. Aunque, es cierto, Galicia merece un tirón de orejas en cuanto al cuidado de nuestro monte. Hay que reconocerlo también.
ResponderEliminarMatías, el color de la sierra castellana, que he tenido el gusto de tocar este año, es indescriptible y un lujo para nuestros ojos.
Ventana, me gusta el mar de invierno. Me gusta el mar que se rodea de esa soledad que lo hace aún más bello.