No lo olvidéis; sólo quienes conserven el poder de asombrarse, entren en la ciudad. Por el camino del asombro recibirán en sus ojos la revelación que Dios quiere enviarnos y que las piedras y los nombres proclaman claramente al que tenga ojos y sepa ver, al que oídos tenga y no los haya cerrado. Queda, sí, el camino de la erudición: poner a cada piedra una etiqueta, con un nombre y una fecha. Y señalar con precisión los estilos. Y dejar que el espíritu se meza en la contemplación de la arquitectura. Y el otro camino, más lúcido, de las hermosas hipótesis y las hermosas teorías: de la sugestión y muy poéticas falsificaciones históricas. Pero el resultado nunca será Compostela."
"Compostela y su ángel"
Recuerdo una mañana en la que la ciudad vieja estaba casi vacía...pasear por ella me hacía sentir bien...era como un oasis en medio de un Santiago caótico por el tráfico y el ruido...un libro, un chocolate con una porra en uno de sus cafés, sus callejuelas y esa catedral que nos vigila silenciosa...y ya era completamente feliz...
ResponderEliminarTodas las ciudades no merecen más que dinamita.
ResponderEliminarSalvaría sólo unas pocas: Santiago, Vetusta, Toledo, Cáceres, Segovia...
Me encanta Santiago. A ver cuándo quedamos pa'tomar algo!
A pesar de los años, no me canso de recorrer sus callejas y contemplar un pasado que no se deja olvidar por el futuro.
ResponderEliminarApoyo la idea de quedar para tomar una chervechita. ;)
Por supuesto que a esa cervecita estáis invitados....me apetece mucho veros...
ResponderEliminarA ver si relajo mi frenético ritmo de vida de últimamente para reposar con unos amigos, a los que quiero un montón, disfrutando de ese sabor tan refrescante de los días de sol...
;)
A este paso, vamos a tomarnos las cañas en Compostela...
ResponderEliminarque no estaría nada mal, por otra parte. Aún estuve por allí el sábado...
Bicos
La Salamanca del gran Don Gonzalo Torrente Ballester
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