6 de junio de 2007

La ciudad de los rincones mágicos...

"...entonces recibirla como un regalo de las hadas, si cree en ellas; y si no cree, como regalo de aquel Espíritu a quien se agarra su alma para no volverse loca. Sólo en el caso de que tampoco crea en el Espíritu, debe acudir a la Ciencia: pero entonces jamás entenderá a Compostela.

No lo olvidéis; sólo quienes conserven el poder de asombrarse, entren en la ciudad. Por el camino del asombro recibirán en sus ojos la revelación que Dios quiere enviarnos y que las piedras y los nombres proclaman claramente al que tenga ojos y sepa ver, al que oídos tenga y no los haya cerrado. Queda, sí, el camino de la erudición: poner a cada piedra una etiqueta, con un nombre y una fecha. Y señalar con precisión los estilos. Y dejar que el espíritu se meza en la contemplación de la arquitectura. Y el otro camino, más lúcido, de las hermosas hipótesis y las hermosas teorías: de la sugestión y muy poéticas falsificaciones históricas. Pero el resultado nunca será Compostela."

Gonzalo Torrente Ballester
"Compostela y su ángel"

6 comentarios:

Campu dijo...

Recuerdo una mañana en la que la ciudad vieja estaba casi vacía...pasear por ella me hacía sentir bien...era como un oasis en medio de un Santiago caótico por el tráfico y el ruido...un libro, un chocolate con una porra en uno de sus cafés, sus callejuelas y esa catedral que nos vigila silenciosa...y ya era completamente feliz...

Mendiño dijo...

Todas las ciudades no merecen más que dinamita.

Salvaría sólo unas pocas: Santiago, Vetusta, Toledo, Cáceres, Segovia...

Me encanta Santiago. A ver cuándo quedamos pa'tomar algo!

Raíña Loba dijo...

A pesar de los años, no me canso de recorrer sus callejas y contemplar un pasado que no se deja olvidar por el futuro.

Apoyo la idea de quedar para tomar una chervechita. ;)

Campu dijo...

Por supuesto que a esa cervecita estáis invitados....me apetece mucho veros...

A ver si relajo mi frenético ritmo de vida de últimamente para reposar con unos amigos, a los que quiero un montón, disfrutando de ese sabor tan refrescante de los días de sol...

;)

Anónimo dijo...

A este paso, vamos a tomarnos las cañas en Compostela...
que no estaría nada mal, por otra parte. Aún estuve por allí el sábado...

Bicos

Anónimo dijo...

La Salamanca del gran Don Gonzalo Torrente Ballester