11 de abril de 2010

¿Se acaba la infancia a los once años?

Algunos autores ya han preconizado la muerte de la infancia como etapa evolutiva, vinculada al acceso ilimitado de los pequeños a los canales de ocio e información adultos y a todo tipo de contenidos, incluidos los sexuales explícitos, que echan por tierra la pretendida y edulcorada idea de la inocencia infantil.

«Lo curioso es que el niño se adultiza en un entorno de infantilización del adulto -refiere el psicólogo-; cada vez se encuentran menos adultos dignos de ese nombre y normalmente esos niños tienen padres que participan de los mismos circuitos de ocio e información».

«Hay que saber frustrar, tener muy claro que no es lo mismo ser un buen padre que un padre bueno, vencer la idea de que se los quiere más si se les da o se les consiente más». Lo contrario refleja la nula tolerancia de los padres al «desamor» de sus hijos, «una lógica educativa inadecuada, porque es el niño el que debería sentir el temor de perder el amor de sus padres; de hecho, de pequeño renuncia a satisfacciones como pegar o manchar precisamente por eso», explica. Fernández Blanco aboga por recuperar la lógica. «Un padre debe aspirar al respeto de su hijo». Este, como el amor, ni se suplica, ni tampoco se compra.

Texto: fragmentos de una noticia de La Voz de Galicia.

Viendo quiénes son los ídolos de los más pequeños actualmente (Patito feo, Hannah Montana, etc.) se puede ver que el cambio ha sido importante si los comparamos con los de otra época en la que Heidi y la abeja Maya triunfaban. No soy madre ni tengo niños próximos en mi familia, por lo que mi conocimiento sobre mundos infantiles de hoy se queda muy corto. Sin embargo, debo decir que me da cierta lástima el modo de vida que se observa de cara a la familia y a la infancia últimamente y, aunque no dudo que los niños siguen siendo niños a los once años, la sociedad que los envuelve es muy diferente a la que me rodeó a mí sin ir más lejos. El papel de los abuelos-padres, los padres ausentes, los padres agotados que consienten el fin de semana por tener la fiesta en paz en los momentos que están con sus hijos, la escasa vigilancia de cara al acceso a internet, el móvil, el dinero, las exigencias por parte de los más jóvenes sin esfuerzo, los juegos individuales, el consumismo exagerado, la falta de comunicación, de tiempo, de valores fundamentales, de educación básica...

Pues sí. Tengo una visión bastante pesimista respecto a este tema. Sé que no todo está perdido y sigo viendo familias con las cosas muy claras (o bastante claras dentro de lo que se pueden tener en el entorno actual) de cara a la educación de sus hijos, pero cada vez menos...

Si algún padre desea añadir algo al respecto...

3 comentarios:

Jota Ele dijo...

Después de leer lo que has escrito, no tengo nada que añadir, Campurriana. Has puesto el dedo en la llaga.

Me quedo con la frase del psicólogo:

"No es lo mismo un buen padre que un padre bueno".

Afortunadamente, yo sí tengo hijos ya mayores de esos 11 años y me encuentro muy satisfecho de los valores que les hemos inculcado.

Un abrazo.

Amio Cajander dijo...

volveré a añadir algo... me has dado que pensar

Campurriana dijo...

Jota Ele, te felicito por esos hijos con valores inculcados. Creo, de todos modos, que hoy en día es más difícil si cabe la educación de los hijos...No sé si es que me estoy haciendo mayor pero creo que los niños nacidos en épocas anteriores tuvieron más suerte que los pequeños de hoy...

Se han perdido tantas cosas...

Amio, ya sabes que puedes volver cuando quieras. El té estará preparado en éste, tu saloncito.

;)