Y sigo pensando en esa Castilla de mil colores. Me pierdo por sus paisajes y regreso al pasado casi sin pensarlo. Incluso, a ese pasado no vivido pero tantas veces escuchado...
Allá, en las tierras altas,
por donde traza el Duero
su curva de ballesta
en torno a Soria, entre plomizos cerros
y manchas de raídos encinares,
mi corazón está vagando, en sueños...
¿No ves, Leonor, los álamos del río
con sus ramajes yertos?
Mira el Moncayo azul y blanco; dame
tu mano y paseemos.
Por estos campos de la tierra mía,
bordados de olivares polvorientos,
voy caminando solo,
triste, cansado, pensativo y viejo.
Antonio Machado
Tierras altas, preciosas y tranquilas. La protagonista es una chavaluca que iba a coger olas.
ResponderEliminarsaludos paisana.
Magnífico el poema de Machado y magnífica la fotografía, Campurriana.
ResponderEliminar¡Ay, Castilla! ¡Qué belleza!
Saludos.
• Cuando se abandona el paisaje propio el ajeno cobra mayor valor. La realidad es que todos los paisajes, con una buena mirada, son bellos. Nuestros ojos los hacen así.
• Sigue jugando, lo haces bien.
• bicos
► CR ► LMA
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Hola, Campu
ResponderEliminarCada tierra tiene su alma, su paisaje, su/s color/es, su vida ... y su poeta.Sólo hace falta tener los ojos y el alma despiertos.
Sin duda, el poeta de Castilla por excelencia fue un andaluz 'castillanizado'. Se llamaba A. Machado
Gracias por recordárnoslo.
Me encanta Machado y sus paisajes retratados a veces con mucha dureza; la dureza de Castilla.
ResponderEliminarSiempre me viene bien desconectar escapándome a estas tierras altas.
Gracias a vosotros.