28 de octubre de 2010

La religión de lo políticamente correcto

Fuente de la fotografía

Leyendo en la isla que me pone al día, he encontrado este artículo que me parece interesante. Lo que expresa no es nada nuevo pero me gusta cómo lo expresa. A ver qué os parece...

Pedro G. Cuartango
Estamos asistiendo estos días a la apoteosis de una nueva religión que ha venido a sustituir a la tradicional: la de lo políticamente correcto. La nueva religión ha desplazado incluso a la política, que está siendo fagocitada por esta neodictadura de las conciencias.
El último episodio en el que se ha manifestado la tiranía de lo políticamente correcto es a propósito de unas necias declaraciones de León de la Riva, alcalde de Valladolid, que se descalifican por sí mismas.
Lo insólito es la importancia que ha querido dar el PSOE a estas palabras, pretendiendo hacernos creer que es lo más importante que ha pasado en España en los últimos meses. Cada vez que uno dice una tontería o se aparta de los cánones de la corrección política tiene que soportar una lluvia de improperios y descalificativos que anticipan el fin del mundo.
En nuestro país, la falta de valores es vista como modernidad, la corrupción se ha vuelto disculpable, el despilfarro forma parte de la conducta de los gestores públicos y la crisis económica es percibida como inevitable. Pero, en cambio, si alguien comete un desliz machista, tiene que dimitir o ser llevado a la horca.
En España, hace mucho tiempo que no se debate sobre política. Nadie quiere hablar sobre la crisis de la izquierda, los límites del capitalismo financiero, la regeneración de las instituciones, el sistema electoral y la participación ciudadana y, en general, de cualquier asunto que suscite una reflexión intelectual.
La política se ha convertido en una mera narración, siguiendo la evolución de la publicidad. Lo que triunfa es el 'story telling' puro. Los líderes políticos cuentan historias, cuentos que subliman la realidad y la convierten en una especie de tebeo de buenos y malos. Zapatero es un verdadero maestro en el arte de contar fábulas para distraer a los espíritus del erial en el que ha convertido a España.
Ludwig Feuerbach lo expresó mucho mejor en el prólogo a La esencia del cristianismo: "Nuestro tiempo prefiere la imagen a la cosa, la copia al original, la representación a la realidad. Crece la ilusión a medida que disminuye la verdad".
Feuerbach identifica la ilusión con la religión, con lo sagrado. "Lo sagrado es hoy lo políticamente correcto, la representación que llena el escenario en la sociedad del espectáculo. En ausencia de la política, todo el debate gira sobre las infinitas variaciones de esta nueva religión que opera como un molde prefabricado de la conciencia moderna.
Creo que lo políticamente correcto es la forma más perversa de la estulticia contemporánea porque supone fijarse en el dedo y no en la dirección que marca. A falta de ideas, siempre es mejor refugiarse en los tópicos y escandalizarse -como hacían las monjas- por naderías.
Pero nada más parecido a lo políticamente correcto que aquellos que se esfuerzan en ser políticamente incorrectos. Lo uno refuerza a lo otro y viene a ser lo mismo: pura repetición.


Náufrago, muchas gracias por compartir las letras que bailan entre tanta prensa. Algunas merece la pena leerlas...

11 comentarios:

Goyo dijo...

Los patios ya no son patios, son lugares de esparcimiento infantil (o algo así), los negros ya no son negros, son afroamericanos (una estupidez grandísima porque, ¿de qué parte de África? ¿Eliminamos el Magreb?), los minusválidos ya no lo son, son personas con movilidad reducida... De verdad que el gen de la estupidez es el que prima desde hace tiempo en la clase política que permite que nos volvamos gilipollas. Y si no pasas por el aro de la políticamente correcto, date por jodido porque enseguida te llaman fascista, dictador, autoritario...

Jota Ele dijo...

He leído con atención el artículo de Pedro G. Cuartango.

Y no tengo más que añadir, excepto que estoy de acuerdo en cada letra, en cada punto y en cada coma.

Lo grave del asunto es que la sociedad aparece dormida, aborregada y silenciosa ante los desmanes y disparates que se están cometiendo contra nosotros.

Y, mi pregunta es:

¿Qué tiene que ocurrir para que ocurra algo?

En cuanto al "anónimo", desconozco a quién insultaba. No te preocupes, Campurriana. Los que no conocen a su padre son así.

Saludos cordiales.

Campurriana dijo...

Goyo, ¡cuánta razón tienes! ¡qué pronto juzgan los denominados "políticamente correctos"!

Jota Ele, me pareces un hombre respetuoso en tus comentarios y coherente. Yo también estoy de acuerdo con lo que se expresa en este artículo.

El anónimo no merece ni una pizca de nuestra atención.

Goyo dijo...

No sé lo que habrá puesto el anónimo del que hablas. No te preocupes. A mí me llenaron una vez un post sobre teatro en el que dije que no me había gustado una obra y me pusieron de vuelta y media. La tolerancia es un bien de escaso valor para muchos.

Ripley dijo...

completamente de acuerdo. yo personalmente odio lo politicamente correcto y me desmarco siempre de ese camino y esa vision que nos quieren inocular por todos los medios, ya desde la escuela, en fin que pena de país. un besito

Lizanowsky dijo...

No veo siempre mal el ser políticamente correcto…Depende del uso e intención… Si usas un leguaje políticamente correcto, o unas formas de expresión políticamente correctas para no ofender o evitar malos entendidos, o simplemente, como es el caso de este blog, fomentar el respeto y buen rollo, etc.… me parece bien. En este sentido, creo que la corrección política es como mucho innecesaria, a veces ridícula o pedante, pero inocua. Decir mayor en vez de viejo y esas cosas….riqueza de lenguaje y libertad de uso. Además creo que lo hace Todo Dios. Desde esas monjitas en su prisión, digo misión, al punkarra más irreverente, ¡Grande Evaristo!.

A mi entender el problema es cuando se utiliza para distraer o disfrazar el verdadero significado de tus palabras, acciones y/o sentimientos, lo que siempre se le llamó hipocresía o cinismo…No sabía lo del alcalde de Valladolid porque no me interesan esas chorradas…ahora que lo he leído solo veo corrección política, y de la peor, es decir hipocresía y cinismo en las disculpas… en fin…

Creo que se está poniendo muy de moda, de forma interesada, un verdadero ejercicio de cinismo que es llamar al respeto corrección política. Están relativizando la importancia del respeto y la tolerancia y confrontándolo cuando no está confrontada, o de hacerlo es a base de chutes de rancia demagogia, con situaciones como estar en el paro,la crisis, la corrupción, o como en este artículo de Pedro G. Cuartango con la pérdida de valores ( ¿qué valores?)....

En eso de confundir son dos especialistas el señor Reverte y el maestro Dragó. Reverte con su continua frustración descalificadora. El tío se ha convertido en un sicario del pensamiento destructivo. A Dragó le tengo más estima la verdad, creo que la demostración de esparcimiento ególatra que hace es más por necesidad personal que para vender libros….en el fondo creo que el de verdad se lo cree, y hay que admitir que consigue hacer que pienses. Eso si, en tu entrada “las lolitas de Dragó” roza el patetismo con su prestidigitación exculpadora.
He leido a los dos, algunos libros quiero decir, hace muchos años... y ninguno me entusiasma. Aunque en eso me quedo también con Dragó.

Bueno es mi opinión. Ultimamente estoy en racha eh.

Campurriana dijo...

Goyo, bendita tolerancia. Y es que cada vez escasea más esta virtud de virtudes. No hay que hacer ningún caso a los intolerantes y menos si no tienen argumentos...

Ripley, lo "políticamente correcto" me pone enferma. No soporto esas actitudes que no hacen más que tratarnos como borreguitos...¡menudos hipócritas estos caraduras que intentan hacernos creer algo que no se creen ni ellos!

Liza, agradezco tus comentarios y ahí queda dicho lo que piensas. Yo creo que lo "políticamente correcto" ya implica todo lo que estamos criticando. En este caso estos términos se emplean de forma irónica...en la mayoría de los casos, diría yo...

Campurriana dijo...

Acabo de leer este fragmento en la prensa de hoy...

Pedro J. sale en defensa de Fernando Sánchez Dragó, que se ha metido en un buen lío con lo de las niñas japonesas. Se atreve en portada. "El PSOE encabeza la campaña para expulsar a Dragó de Telemadrid". Y le dedica un editorial. "El PSOE se sumo ayer a la campaña de algunos medios" contra Fernando Sánchez Dragó. "Dragó ya ha explicado que su relato está en un contexto literario... pero aunque lo que narra fuera la estricta verdad, el Código Penal fija la edad de consentimiento para tener relaciones sexuales en 13 años" por lo que "el PSOE le está acusando falsamente de un delito que no ha cometido (...) Estamos de nuevo ante una campaña inquisitorial de la izquierda, que recurre a lo políticamente correcto para demoler a las personas que no comulgan con sus estereotipos", concluye. Hay que reconocerle el valor a Pedro J.

Campurriana dijo...

No he citado la fuente: PILAR DÍEZ en Libertad Digital.

Douce dijo...

Volvemos, una vez más a "Estepaís". Y de nuevo elevamos a 'categoría' una 'anécdota'.

Sánchez Dragó no suele dejar a nadie 'indiferente'. Él es consciente y a veces en su 'literatura' lo provoca. Es personalidad, es juego, es provocación, porque no sabe , ni quiere, pasar desapercibido. Los que ahora toman el rábano por las hojas, o no han leído toda su "accusatio petita", o han 'seleccionado' tan sólo una parte de su "accusatio non manifesta"

Es cierto que quien juega con fuego 'literariamente' debe saber que a veces puede quemarse. Y es inútil pedir 'peras al olmo', don Fernando

Campurriana dijo...

Don Fernando, no te quejarás porque en este saloncito seguimos hablando de ti. Sin ir más lejos, ayer estuve escuchando un programa que hizo con su hija en la radio...hablaba de sexo...Por favor, los que podáis asustaros no lo escuchéis, no vaya a ser que metan a Dragó entre cuatro barrotes y a ver qué vamos a hacer sin él bailoteando por las paginas de la prensa seria...