Pues estaba yo mirando libros esta tarde en una librería de mi ciudad, cuando unos cuantos hombres de avanzada edad comenzaron una batalla verbal sobre política y, más concretamente, sobre nuestro Presidente. Hacían referencia a una columna de Xosé Luis Barreiro Rivas que sale publicada hoy en La Voz de Galicia y, de ahí, salió todo lo demás.
La dejo aquí.
Yo ya no sé qué pensar...
La política, a día de hoy, es un tema que me supera.
Para tener razón no hace falta hablar mucho
Mariano Rajoy no ha hablado mucho, ni con
perspicacia, sobre el enmarañado problema catalán. Pero hay que
reconocerle que todo lo que dijo suena a firme y realista, y que todo lo
que dicen los demás suena a boutade, oportunismo, confusión o chalaneo.
Y por eso lleva trazas -gracias a Dios- de ganar esta partida, aunque
nadie se lo va a reconocer hasta que pasen diez años. También hay que
decir, porque es justo, que Rajoy no está más acertado que los
tertulianos, los nacionalistas o el pueblo llano por ser el más listo,
sino por hablar desde el contexto de lealtad y responsabilidad al que
obliga la presidencia del Gobierno, y por no salirse del método de
comunicación que prefiere que el presidente se quede corto y enfade a la
prensa antes que competir en ocurrencias o disparates con los
tertulianos, profesores, políticos acomplejados y demagogos que pululan
por ahí.
Lo que viene diciendo Rajoy es que no cree que el
futuro de Cataluña dependa de convertirse en Estado independiente; que
no ve a la gente tan obsesionada con la secesión como las élites
catalanas nos quieren hacer creer; que la realidad histórica y
constitucional de España no está al albur de un movimiento político
oportunista, ni del cabreo entendible de una generación en crisis, ni de
un acuerdo territorial unilateral que nos abra a todos la puerta del
infierno. También dice que el insolente discurso de los nacionalistas
vascos y catalanes, cuya situación privilegiada les permite pasar toda
la crisis inventando problemas y recreándose en su megalomanía, empieza a
sonar a monserga reivindicativa de pasta gansa y privilegios; que una
España dividida en tres -Euskadi, Cataluña y «El Resto»- no sería mejor
ni más libre que la que ahora tenemos; y que en ningún caso cree en un
federalismo asimétrico, pactado con los más ríspidos y votado, a la voz
de «ar». por todos los demás. Y lamento decirles que yo, si tuviese que
quedarme con solo uno de los mil discursos que inundan España, me
quedaría con este.
Claro que podríamos añadirle cuatro cositas que
yo propongo por mi cuenta. Que los políticos que se creen capaces de
satisfacer todas las reivindicaciones, cualesquiera que sean, no son
fiables ni inteligentes. Que un diálogo iniciado sin marcos, límites y
condiciones, como algunos parecen proponer, puede estropear mucho más de
lo que arregla. Que el hecho de hablar, por más y más que se prolongue,
no puede convertir en racional lo que es irracional. Y que la mayor
virtud del diálogo -que no es el acierto, sino el consenso- no siempre
se resuelve en acuerdos positivos, ya que gran parte de las catástrofes
sufridas por la humanidad se iniciaron por consenso y por olvidar la
sagrada partícula del no. De lo que deduzco que Mariano puede ser
-¡porque no es tan difícil!- el mejor político en activo de toda España.
Es que a una mesa no podemos llamarla alpargata por mucho que nos empeñemos, una mesa es y será siempre una mesa.
ResponderEliminarBesos
Buenas noches, Campu
ResponderEliminarA pesar de estar fuera de casa, he tenido un tiempo muy cumplido por distintas razones.Pronto volveré para casa con cierta morriña, aunque estamos en Castilla.
He leído la columna de tu blog por encima después de un día lleno. Es una de las visiones de unos y de otros
Respecto al otro tema te diré que empecé a leerlo y no terminé de leerlo. Me parece demasiada verborrea. Era tarde, y me parece que no me lo tragaría.
Muchas gracias, Campu.
(Es cierto que estamos en un momento difícil (puedes añadir el 'MUY' y no te equivocarías)
Ripley, pues eso. Parece que no vemos las cosas, ¿verdad?. Más bien...no queremos verlas.
ResponderEliminarNau, espero que esté todo tranquilo a pesar de que la vida sea una cordillera de valles, picos y laderas...
Demasiadas verborreas. Tienes razón.