29 de enero de 2015

Hasta siempre, Amparo Baró.




De esas personas que transmitían algo especial.
Una lástima no haberla disfrutado en el teatro; donde ella se sentía más cómoda, menos atada...

Un día triste pero la despediremos con una sonrisa. La merece y seguramente la agradecería más que una lágrima.

Un abrazo y muchas gracias, Amparo Baró.
Por esos momentos regalados que quedan para siempre en la memoria.

3 comentarios:

Ripley dijo...

Tuve la suerte de conocerla y tratarla personalmente. Era vecina del barrio donde trabajaba en la floristería, lugar que honraba con sus visitas y naturalidad, simpatía y la cercanía que enseguida creaba o quizá lo hiciera yo que empatizo ipso facto con casi todas las mujeres. He de decir que salvo con mi ex todas las demás me comprenden y ven lo bueno que pueda tener. Ella no.

Estoy bien. Besos

Juan Nadie dijo...

Habría que hacer un monumento a los actores y actrices españoles de ciertas generaciones, que si no hubiese sido por la RTVE, la única que entonces funcionaba, no sabríamos ni como se llamaban.
Enorme actriz (chiquita, pero enorme).

Campurriana dijo...

Ripley, me hace gracia eso de con todas menos con mi ex. Siempre va a haber alguien que nos comprenda. Y muchos que no lo hagan porque no merecemos su tiempo.
Es así la vida... Realmente, nosotros no tenemos tiempo para los demás tampoco. Al final, todo es cuestión de prioridades y hay que priorizar mucho porque el tiempo se acaba.

Preciosa historia la de la floristería. Me ha gustado mucho.

Chiquita pero enorme. ¡Qué preciosidad también, Juan Nadie!