Me la han mandado al buasap y creo que es de Forges. O eso dicen...
A ver qué os parece.
ACTUALIZACIÓN A DÍA 12/10/2016: He recibido una aclaración sobre la autoría de este texto. Al parecer, el escritor ha sido un periodista llamado DAVID JIMÉNEZ.
Dejo enlace aquí, a quien pueda interesar.
Disculpad el malentendido. Sobre todo, mis disculpas más personales a David.
Gracias a José Luis Palma por el aviso.
De lo que no hay duda, es de que el fragmento bien merece una lectura o más...
Felicidades.
EL TRIUNFO DE LOS MEDIOCRES
Quienes me conocen saben de mis credos e idearios. Por encima de
éstos, creo que ha llegado la hora de ser sincero. Es, de todo punto,
necesario hacer un profundo y sincero ejercicio de autocrítica, tomando,
sin que sirva de precedente, la seriedad por bandera.
Quizá ha llegado la hora de aceptar que nuestra crisis es
más que económica, va más allá de estos o aquellos políticos, de la
codicia de los banqueros o la prima de riesgo.
Asumir que nuestros problemas no se terminarán cambiando a un partido por otro, con otra batería de medidas urgentes, con una huelga general, o echándonos a la calle para protestar los unos contra los otros.
Reconocer que el principal problema de España no es Grecia, el euro o la señora Merkel.
Admitir, para tratar de corregirlo, que nos hemos convertido en un país mediocre.
Ningún país alcanza semejante condición de la noche a la mañana. Tampoco en tres o cuatro años. Es el resultado de una cadena que comienza en la escuela y termina en la clase dirigente.
Hemos creado una cultura en la que los mediocres son los alumnos más populares en el colegio, los primeros en ser ascendidos en la oficina, los que más se hacen escuchar en los medios de comunicación y a los únicos que votamos en las elecciones, sin importar lo que hagan, alguien cuya carrera política o profesional desconocemos por completo, si es que la hay. Tan solo porque son de los nuestros.
Estamos tan acostumbrados a nuestra mediocridad que hemos terminado por aceptarla como el estado natural de las cosas. Sus excepciones, casi siempre, reducidas al deporte, nos sirven para negar la evidencia.
Asumir que nuestros problemas no se terminarán cambiando a un partido por otro, con otra batería de medidas urgentes, con una huelga general, o echándonos a la calle para protestar los unos contra los otros.
Reconocer que el principal problema de España no es Grecia, el euro o la señora Merkel.
Admitir, para tratar de corregirlo, que nos hemos convertido en un país mediocre.
Ningún país alcanza semejante condición de la noche a la mañana. Tampoco en tres o cuatro años. Es el resultado de una cadena que comienza en la escuela y termina en la clase dirigente.
Hemos creado una cultura en la que los mediocres son los alumnos más populares en el colegio, los primeros en ser ascendidos en la oficina, los que más se hacen escuchar en los medios de comunicación y a los únicos que votamos en las elecciones, sin importar lo que hagan, alguien cuya carrera política o profesional desconocemos por completo, si es que la hay. Tan solo porque son de los nuestros.
Estamos tan acostumbrados a nuestra mediocridad que hemos terminado por aceptarla como el estado natural de las cosas. Sus excepciones, casi siempre, reducidas al deporte, nos sirven para negar la evidencia.
- Mediocre es un país donde sus habitantes pasan una media de 134
minutos al día frente a un televisor que muestra principalmente
basura.
- Mediocre es un país que en toda la democracia no ha dado un solo presidente que hablara inglés o tuviera unos mínimos conocimientos sobre política internacional.
- Mediocre es el único país del mundo que, en su sectarismo rancio, ha conseguido dividir, incluso, a las asociaciones de víctimas del terrorismo.
- Mediocre es un país que ha reformado su sistema educativo tres veces en tres décadas hasta situar a sus estudiantes a la cola del mundo desarrollado.
- Mediocre es un país que tiene dos universidades entre las 10 más antiguas de Europa, pero, sin embargo, no tiene una sola universidad entre las 150 mejores del mundo y fuerza a sus mejores investigadores a exiliarse para sobrevivir.
basura.
- Mediocre es un país que en toda la democracia no ha dado un solo presidente que hablara inglés o tuviera unos mínimos conocimientos sobre política internacional.
- Mediocre es el único país del mundo que, en su sectarismo rancio, ha conseguido dividir, incluso, a las asociaciones de víctimas del terrorismo.
- Mediocre es un país que ha reformado su sistema educativo tres veces en tres décadas hasta situar a sus estudiantes a la cola del mundo desarrollado.
- Mediocre es un país que tiene dos universidades entre las 10 más antiguas de Europa, pero, sin embargo, no tiene una sola universidad entre las 150 mejores del mundo y fuerza a sus mejores investigadores a exiliarse para sobrevivir.
- Mediocre es un país con una cuarta parte de su población en paro,
que sin embargo, encuentra más motivos para indignarse cuando los
guiñoles de un país vecino bromean sobre sus deportistas.
- Mediocre es un país donde la brillantez del otro provoca recelo,
la creatividad es marginada –cuando no robada impunemente- y la
independencia sancionada.
- Mediocre es un país en cuyas instituciones públicas se encuentran dirigentes políticos que, en un 48 % de los casos, jamás ejercieron sus respectivas profesiones, pero que encontraron en la Política el más relevante modo de vida.
- Es Mediocre un país que ha hecho de la mediocridad la gran aspiración nacional, perseguida sin complejos por esos miles de jóvenes que buscan ocupar la próxima plaza en el concurso Gran Hermano, por políticos que insultan sin aportar una idea, por jefes que se rodean de mediocres para disimular su propia mediocridad y por estudiantes que ridiculizan al compañero que se esfuerza.
- Mediocre es un país que ha permitido, fomentado y celebrado el triunfo de los mediocres, arrinconando la excelencia hasta dejarle dos opciones: marcharse o dejarse engullir por la imparable marea gris de la mediocridad.
- Es Mediocre un país, a qué negarlo, que, para lucir sin complejos su enseña nacional, necesita la motivación de algún éxito deportivo”.
- Mediocre es un país en cuyas instituciones públicas se encuentran dirigentes políticos que, en un 48 % de los casos, jamás ejercieron sus respectivas profesiones, pero que encontraron en la Política el más relevante modo de vida.
- Es Mediocre un país que ha hecho de la mediocridad la gran aspiración nacional, perseguida sin complejos por esos miles de jóvenes que buscan ocupar la próxima plaza en el concurso Gran Hermano, por políticos que insultan sin aportar una idea, por jefes que se rodean de mediocres para disimular su propia mediocridad y por estudiantes que ridiculizan al compañero que se esfuerza.
- Mediocre es un país que ha permitido, fomentado y celebrado el triunfo de los mediocres, arrinconando la excelencia hasta dejarle dos opciones: marcharse o dejarse engullir por la imparable marea gris de la mediocridad.
- Es Mediocre un país, a qué negarlo, que, para lucir sin complejos su enseña nacional, necesita la motivación de algún éxito deportivo”.
Sembrado, Forges (si es que lo ha escrito Forges). Sembrado porque es la pura realidad.
ResponderEliminarCampu,
ResponderEliminarSe puede subrayar "El triunfo de los mediocres" con MAYÚSCULA y quizá hay más 'mediocres'...Probablemente participo en algunos puntos. Mea Culpa.
Ahora, eso sí: ni veo la Tele, ni voy al 'furbo', ni frecuento las redes ni ni me paso el tiempo en los bares...
Nos sobra la mediocridad.
Boas noites
Buenísimo, el texto genial, iba a decir que me quedo con el detalle del baile de leyes educativas, pero no, me quedo con todo, porque no tiene desperdicio.
ResponderEliminarUn saludo
Triste pero así es.
ResponderEliminarSalu2
No sé si la reflexión es de Forges, pero la viñeta sí. Y es un acierto.
ResponderEliminarJuan Nadie...me quedo porque de ello se traduce casi todo lo demás...
ResponderEliminarMediocre es el único país del mundo que, en su sectarismo rancio, ha conseguido dividir, incluso, a las asociaciones de víctimas del terrorismo.
Nau, lo del triunfo de los mediocres da pavor.
Geus, cuántas invitaciones a bailes envenenados...¡cuántas!
Juan Carlos, podemos cambiar. Yo creo que podemos cambiar lo que tenemos alrededor. Cada uno de nosotros podemos aportar algo. Que conste que lo de "podemos" no va con segundas, eh?...(me ha salido así)...
Pedro, sea de quien sea...ambas son una verdad como un puño y un puñetazo.
;)
Tiene toda la razón del mundo y me alegra que estas reflexiones las haga un señor que tal y como él mismo dice todo el mundo conoce sus ideas.
ResponderEliminarYo mismo sostengo desde hace décadas que en España cuanto mas tonto y tonta eres mas alto llegas, que cuanto mas bobo y boba mas poder acumulas. ¡Pero si ha habido ministros con menos estudios que yo!
Mediocridad, efectivamente cultivada desde los colegios, la "escuela" es otra cosa que hace mucho desapareció de España.
Aquí parece que todos han tomado en serio aquello del "divide y vencerás", que triste que tanto tiempo después sigamos divididos, que triste y que real lo de las víctimas del terrorismo. Los asesinos han ganado, que triste en fin, que la gente, - yo me excluyo porque no lo hago-, pierda su tiempo delante la caja boba.
¿Sabes Campu que es lo que mas me ilusiona de poder comprar unas gafas nuevas que me va a pagar Cáritas? Pues que voy a poder volver a leer libros pese al "déficit de atención" que tengo y que me pone muy difícil centrarme en cosas como ver una película del tirón en el portátil o leer mas de tres o cuatro páginas seguidas.
Incluso escribir y preparar una entrada en el blog me puede llevar toda la noche, porque no recuerdo lo que quiero decir, se me olvida, he de empezar mil veces hasta que consigo dejarla curiosa y darle al botón de "publicar". Es cierto que soy muy exigente conmigo mismo y que pocas veces estoy satisfecho con lo que hago porque cuando uno busca la perfección, lo normal es no encontrarla dado que no existe y de hacerlo nunca está a nuestro alcance. Solo unos pocos, Séneca, Trajano y Adriano, don Pelayo, Nebrija, Cervantes, Quevedo, Lope, Calderón, Fernando de Rojas, Velázquez, Eduardo Rosales, Lilí Álvarez, Ramón y Cajal, Leonardo Torres Quevedo, Severo Ochoa, Isaac Peral, Juan de la Cierva, Margarita Salas, Unamuno, Galdós, Ortega y Gasset, Genmma Mengual, Induráin, Los Gasol, Nadal, Mireia Belmonte, y algún otro lo consiguieron y son historia de la humanidad.
Besos
Precioso homenaje a todos ellos, Ripley. Ahí queda.
ResponderEliminarEn este país hay mucha gente válida. Quizá, no en los Ministerios. Pero muchísima gente válida, inteligente e, incluso, generosa a la vez.
Un abrazo.
Ah!...y algún válido y generoso también pulula por los Gobiernos y Administraciones (que van de la mano)...
ResponderEliminarHola.
ResponderEliminarEl texto es de David Jiménez, un periodista. Lo escribió en su blog. Adjunto el enlace:
http://davidjimenezblog.com/2012/02/28/el-triunfo-de-los-mediocres/
Después, al ver la difusión del texto y de que se le adjudicaba la autoría a otros escritores publicó:
http://davidjimenezblog.com/2012/07/25/el-articulo-que-crei-haber-escrito/
La viñeta de Forges, genial, como siempre
Así que a Forges lo que es de Forges y a David Jiménez lo que es de David jiménez
Saludos
Muchísimas gracias por la aclaración, José Luis. Procedo a añadirla a la entrada.
ResponderEliminarUn saludo.
Y mis disculpas, por supuesto. Al autor, a Forges, a los involucrados en este malentendido.
ResponderEliminarEn el mundo en el que vivimos, que nada es pausa, es fácil encontrarse con este tipo de errores.