22 de febrero de 2015

Veneno (de Manuel Vicent)

 Visto en el blog de la isla.

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La basura mediática que uno se traga cada día no deja lesión alguna, ni siquiera microscópica, en la mucosa más sensible del cerebro. Las neuronas procesan toda la mierda tóxica que nos rodea y tal como les llega la trasladan al conocimiento sin que se produzca fisiológicamente ningún control ni rechazo. 

La contaminación del aire congestiona los pulmones e irrita la garganta e incluso puede provocar cáncer; en cambio, el veneno moral e ideológico que uno respira penetra en la raíz de la conciencia sin que el cerebro reaccione ante un ataque tan rudo y persistente. Hay que imaginar qué sucedería si las ideas y creencias con que se nutre el cerebro cambiaran de sustancia y fueran a parar al estómago en forma de alimento que se adquiere en un colmado. 

Muchas noticias del telediario te harían vomitar durante el almuerzo y después de tragarte un debate histérico e inconsistente, de oír el comentario crispado de un político idiota, de leer un artículo sectario, una disentería fulminante te mandaría corriendo al cuarto de baño. 

El nacionalismo fanático, la corrupción política y la banalidad gansa de la cultura, en un colmado serían productos equivalentes a la carne de perro, al aceite de colza, a la fruta con gusanos y al pescado podrido. Si en la tienda la gente rechaza por instinto un alimento pasado de fecha, ¿por qué acepta una creencia rancia como si no le dañara? La denominación de origen y el control de calidad que rigen en la alimentación, no atañen a los productos destinados al cerebro, aunque estén llenos de bacterias. 

Nuestra conciencia largamente intoxicada acepta con normalidad el veneno diario que recibe en lo que uno lee, oye, contempla, huele y respira, de forma que el ciudadano se comporta con toda naturalidad en la vida, creyéndose sano y libre, sin saber que está envenenado.

5 comentarios:

Juan Nadie dijo...

Bien, Manuel Vicent.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Sí deja huella: el cerebro alimentado con porquería termina infartado...

Ripley dijo...

Un artículo directo y certero como un disparo al corazón. Muy bueno, no se puede resumir mejor.

"La banalidad gansa de la cultura", croe que es la clave y el origen de todo lo demas habida cuenta de como estos politimierdas inflan cuando no inventan sus currículums. Creo que ya lo dije y si me repito perdona pero como no lo recuerdo lo menciono otra vez. En la legislatura anterior hubo ministros con menos estudios que yo pero siendo eso una barbaridad, mas lo es el secuestro de la Cultura real en beneficicio de unos cuantos que se autoproclaman "el mundo de la cultura" ¿se puede ser mas tonto a la vez que soberbio?

Hubo un actor que interpretó a Felipe II en dos películas. Cuando le preguntaron acerca de la figura del rey dijo textualmente: "No se quien es, yo soy actor" y se quedó mas ancho que largo, estos son los del "mundo de la cultura", hay que echarle huevos. En fin, hay muchos ejemplos. Te dejo que he cobrado hoy con el aumento de la pensión y los retrasos y he invitado a mi cuidadora, así que nos vamos de tapeo y raciones.

Luego vengo y me releo.

besos

TORO SALVAJE dijo...

Hace tiempo que estoy pensando en aislarme de toda la basura mediática.
El precio será convertirme en un marginado social pero creo que ya me da igual.

Campurriana dijo...

Desde luego, la mejor decisión que se puede tomar hoy en día, a pesar del riesgo de convertirse en un marginado social en las cenas con colegas.