19 de marzo de 2015
Desayunando...
...sin planificar nada salvo caminar las horas del día en una ciudad que, por su tamaño, su ambición y su prisa, te devora sin piedad si no tienes el ánimo calmado y te acaricia, como el amante furiosamente enamorado, si te sientes deliciosamente vivo...
5 comentarios:
He tenido que habilitar de nuevo la moderación de comentarios. En este blog se admiten todo tipo de opiniones pero con argumentos y con respeto hacia las demás. El insulto y las malas formas no caben en este lugar. Si entras aquí con esas intenciones, no serás bienvenido.
Los anónimos han venido en forma de spam solamente, durante estos últimos meses. Me veo obligada, por lo tanto, a bloquearlos.
Siento que tenga que ser así.
Gracias.
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Disfruta. Son horas lentas que impagables.
ResponderEliminarBesos.
Idem, disfruta mucho, esas caminatas son lo mejor. Parecería que hablaras de mi ciudad...
ResponderEliminarBesos
Ahora disfruto de los recuerdos de todos los viajes que he hecho. Los saboreo antes, durante y después...como los momentos más dulces de una vida que, por apasionante, también es muy puñetera.
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ResponderEliminarEl oficio de un visitante de Nueva York es caminar. Caminar todo el día... y el día no es suficiente.
· :)
· CR · & · LMA ·
Lo hice, Ñoco. Lo hice hasta agotarme. Ese agotamiento que te deja sobre la cama con una sonrisa de satisfacción.
ResponderEliminarUno de mis sueños cumplidos y quiero seguir cumpliéndolo allí en otro momento de mi vida.
Quedan tantas cosas.
:)