Permitidme el sabor a sal de los ojos que susurran frágiles esperanzas.
Permitidme desaliento cuando el horizonte se vislumbra a lo lejos.
He tenido que habilitar de nuevo la moderación de comentarios. En este blog se admiten todo tipo de opiniones pero con argumentos y con respeto hacia las demás. El insulto y las malas formas no caben en este lugar. Si entras aquí con esas intenciones, no serás bienvenido.
Los anónimos han venido en forma de spam solamente, durante estos últimos meses. Me veo obligada, por lo tanto, a bloquearlos.
Siento que tenga que ser así.
Gracias.
Y has vuelto de nuevo, para que te pidamos encontrar en medio de ese bello paisaje.
ResponderEliminarBesos
Si uno no se encuentra en medio de tan bella naturaleza, es que no se encuentra en ningún sitio. Aunque, a veces, no son los lugares sino las mentes, la fuerza que guardamos en nuestro interior.
ResponderEliminarEncantada de verte, Ventana.
Aunque los tiempos sean inciertos hemos de seguir caminando en busca de ese horizonte, claro, limpio, despejado.
ResponderEliminarUn saludo.
Siempre.
ResponderEliminarFaltaría más!
ResponderEliminarUn abrazo
Tejón, hay que seguir luchando siempre. Siempre.
ResponderEliminarHoy he escuchado en un programa de radio algo tan cierto...
No podemos cambiar lo que sucede a nuestro alrededor. Podemos cambiar nuestra actitud ante lo que sucede.
Pedro, a medida que pasa la vida, voy aprendiendo a digerirla. Todos vamos aprendiendo a ver cada vez más gamas de grises entre el negro y el blanco.
Gracias, Pilar. ¡No esperaba menos! jaja
Con esa belleza de paisaje es difícil ser pesimista, Campurriana.
ResponderEliminarUn beso.
Esteban, el paisaje, pienso, lo creamos nosotros con nuestro estado de ánimo. Sin duda, los paisajes ayudan...pero sólo eso. Es verdad, a veces ese "sólo" es tanto...
ResponderEliminarEstoy por tocar las naricillas :)