Con el zoom de la cámara capté este momento delicioso de la despedida. Recuerdo los aplausos del patio de butacas en el Teatro Mariinsky de San Petersburgo y un gran número de bailarinas en el escenario, moviéndose con una delicadeza tan increíble que parecían muñecas de cajas de música.
23 de septiembre de 2010
2 comentarios:
He tenido que habilitar de nuevo la moderación de comentarios. En este blog se admiten todo tipo de opiniones pero con argumentos y con respeto hacia las demás. El insulto y las malas formas no caben en este lugar. Si entras aquí con esas intenciones, no serás bienvenido.
Los anónimos han venido en forma de spam solamente, durante estos últimos meses. Me veo obligada, por lo tanto, a bloquearlos.
Siento que tenga que ser así.
Gracias.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
como me gustaria conocer aquello...debe de ser precioso.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cornelivs, guardo siempre recuerdos agradables de mis viajes. Éste es uno en forma de fotografía. No es de calidad, por supuesto, pero me sirve para vivirlo de nuevo de alguna manera.
ResponderEliminar