Una película durísima, entrañable, dulce como el chocolate dulce y amarga como el amargo.
Deliciosos momentos de emociones intensas, sosegadas a veces, que forman un todo tan real como la vida que tocamos fuera de las salas de cine.
Esas miradas....esas miradas me han tocado la fibra porque recuerdan a otras cercanas.
Los diálogos, los pensamientos, la enfermedad, el orgullo, la culpa, EL AMOR.
Caminando entre los protagonistas he podido sentirlos muy cerca. He entrado y salido de las habitaciones de la casa como huésped silencioso, observador hasta la saciedad.
He sufrido e, incluso, sonreído con ellos.
Al final, y sólo al final, la foto de la vida. Miles de momentos en uno.
TOTALMENTE RECOMENDADA. Al que le guste ver realidad en el cine, claro...
2 comentarios:
la veremos en cuanto sea posible
Fernando, es muy dura. Elige el día...
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